Ir al contenido principal

Gracia Horizontal

Gracia horizontal


La gracia en la dimensión horizontal se expresa en nuestras relaciones interpersonales. Esta gracia nos libra de la expectativa de complacer personas y vivir atormentados por la opinión humana. Nos permite disfrutar la libertad y todos sus beneficios. Remueve la culpa y la vergüenza auto impuesta. Permite que nos entendamos los unos a los otros. Es imposible expresar el amor de Dios dignamente si no hemos entendido quienes somos para Él. Si no experimentamos y comprendemos la dimensión vertical de la gracia, no podremos expresar y extender a otros la misma gracia que nos fue impartida. Los pensamientos legalistas proclaman que no necesitan de la gracia vertical para extenderla a otros horizontalmente. El legalismo no solo tiene que ver con actitudes externas sino con interpretaciones internas, lejos del Espíritu de Cristo. 

Lamentablemente, los cristianos que no conocen la gracia, viven con gran culpabilidad. Se sienten inseguros, insatisfechos, acomplejados, incompletos, avergonzados, disgustados, tristes. Si esta es la condición interna que experimentan, qué pueden ofrecer a otros 

Por lo tanto si vamos expresar el amor y la gracia de Dios, primero debemos recibir la gracia vertical para que la gracia horizontal pueda ser lo que la Biblia dice que debe ser: comienza con el amor, que sea sin fingimiento. No querer lo malo, sino seguir lo bueno. Amarnos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndose los unos a los otros. En lo que necesita diligencia, actuar pronto sin demora y sin excusas; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación, sin desmayar ante las circunstancias adversas; constantes en la oración; compartiendo para las necesidades de los santos, dar con generosidad no solo orar por ellos; practicar la hospitalidad. Bendecir a quienes los persiguen no hacerles daño; bendecir, y no maldecir. Gozarse con los que se gozan; llorar con los que lloran. Unánimes entre ustedes; no altivos, sino asociándose con los humildes. No ser sabios en su propia opinión. No pagar a nadie mal por mal; procurar lo bueno delante de todos los hombres. 

¿Quién no quisiera vivir así en la iglesia? ¿No le gustaría ser parte de una congregación que viva y exprese esa maravillosa gracia horizontal? Una comunidad que pueda perdonarse, sanarse y motivarse los unos a los otros. Ahora, ¿por qué será tan difícil tratarse como el Señor nos dice? Muchas veces nuestro amor es condicional, no es sincero y sin fingimiento. ¿Qué impide que nos honremos, que suplamos las necesidades los unos a los otros? Cuando un hermano es promovido o disfruta de algo que nosotros no tenemos, ¿lo celebramos? 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Tu Fe te ha sanado

Marcos 10: 46-52 46.  Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. 47.  Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! 48.  Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! 49.  Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. 50.  El entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. 51.  Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. 52.  Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino. En este gran relato un ciego creyente y sabedor que El Mesías habría de venir reconoce públicamente, que Jesús era El Mesías, proclama su descendencia

La abundancia en Dios

2 Reyes 4:1-7 1. Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos. 2. Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite. 3. El le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas. 4. Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte. 5. Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite. 6. Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite. 7. Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedor

Dios quiere engrandecer tu servicio

Desde el inicio de la humanidad la mujer siempre ha sido relegada y no tomada en cuenta por algunos o muchos hombres incluso con la aprobación de algunas mujeres sin embargo en la palabra de Dios la mujer es tomada en cuenta siempre desde Génesis hasta Apocalipsis.  Dios nos ha  mostrado por medio de su palabra a muchas mujeres influyentes en la salvación del pueblo de Israel, mujeres influyentes en la predicación de las buenas nuevas, mujeres llenas de FE, hay muchos ejemplos que se podrian mencionar, pero hay una mujer guerrera, con mucha fe y con un liderazgo único que sorprendió en su época  y aún nos sorprende hoy en día, esa mujer fue Débora. Debora fue una mujer a quien Jehova le permitió ser parte de los jueces  de Israel la unica mujer juez de esos tiempos, quien sentada bajo una palmera se encargaba de resolver problemas que le presentaban los israelitas, llego el momento en que se tuvo que enfrentar a una situación nada fácil, no era un problema cualquiera del