Cristo es la luz para todos los hombres, en todo momento y lugar. Él es la luz en el sentido absoluto. Cualquier otro hombre o movimiento religioso no tiene punto de comparación con él.
Por supuesto, estas palabras implican que el mundo necesita de su luz porque está sumido en las tinieblas morales y espirituales.
No olvidemos que el mundo está bajo el poder del príncipe de las tinieblas y que sólo el Señor Jesucristo puede cambiar esta situación.
Ahora bien, si algún hombre hablara de esta manera, todos pensarían inmediatamente que está loco, pero la absoluta pureza moral de Jesús y la profunda sabiduría con la que hablaba, han llevado a muchas personas a creer que lo que dijo era la verdad y que él realmente es la Luz del mundo.
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