La valentía en nosotras las mujeres es la capacidad de
resistir y de seguir adelante pase lo que pase, no importa sin nos han
abandonado, si nos han ofendido, si nos han lastimado física y mentalmente, no
importa lo que hayamos recibido por parte de las personas a las que amamos y
nos rodea, seguimos consientes o
inconscientemente adelante sin parar y a veces vamos automáticamente avanzando
sin tomar en cuenta que las actitudes de las personas que mas amamos nos hacen sentir invisibles por que no se fijan en
absolutamente nada de lo que hacemos, pareciera como si no estuviéramos ahí en
ese lugar, damos instrucciones a nuestros hijos y no pasa nada, hablamos con nuestro
esposo y ni siquiera nos ve, cocinamos con mucho esmero , arreglamos las camas,
lavamos la ropa, planchamos, nos levantamos temprano y nadie lo nota, nadie nos
dice que bien lo hiciste que linda te quedo la mesa, que bien planchaste el
pantalón o que linda mi mamita se levanta tan temprano que tratare de ayudarla
para que se acueste temprano, noooo nadie aparentemente reconoce o ve lo que
hacemos pero déjame decirte una cosa muy importante Dios si lo mira El si ve
todo lo que hacemos para El todo por muy pequeño que sea lo ve, lo recompensa y
lo admira en nosotros se enorgullece de nuestra bondad, nuestro empeño, nuestro
esfuerzo.
Marcos 10: 46-52 46. Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. 47. Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! 48. Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! 49. Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. 50. El entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. 51. Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. 52. Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino. En este gran relato un ciego creyente y sabedor que El Mesías habría de venir reconoce públicamente, que Jesús era El Mesías, proclama su descendencia
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