Pedro como todos sabemos fue un hombre de mal carácter,
ignorante, tosco, impulsivo, etc no era una persona a quien se le pudiera
encomendar una labor delicada ya que no era merecedor de tal confianza, sin
embargo en este relato del capítulo 3 de Hechos vemos a un Pedro totalmente
transformado por el poder del Espíritu Santo, un hombre lleno de convicción,
serio, con denuedo sorprendente al grado que la gente no lo creía porque lo conocían
y no podrían creer que era el mismo Pedro que conocimos en los evangelios.
Pedro expone claramente el plan de salvación, el trabajo
delicado que nuestro Señor Jesucristo les había dejado, hablar de las buenas
nuevas de salvación, les hizo ver con mucha claridad el grave error que
cometieron al no recibir a nuestro Señor Jesucristo, el pecado que cometieron
al entregarlo a los Romanos y mucho más decidir por la vida de un verdadero
asesino a cambio de la vida de nuestro Jesús, los incita al arrepentimiento haciéndoles
ver que esto traerá a sus vidas días de refrigerio, de entrega, de gozo y de salvación
de sus almas.
Pedro era otra persona totalmente transformada, lleno de convicciones,
lleno de amor por la obra preciosa de nuestro Señor Jesucristo, llamando al
arrepentimiento por medio de la fe.
Sin la llenura del Espíritu Santo para Pedro hubiera sido
imposible hablar de la manera en que hablo, más adelante en el capítulo 4 vemos
la conversión de muchos hombres que los escucharon, vemos de los comentarios
que hacían las personas, atónitos, impresionados por la obra perfecta del Espíritu
Santo en el ser humano, Pedro fue otra persona!!!!
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