Cuando
obedecemos la palabra de Dios y el fruto del dominio propio nos gobierna
seremos capaces de controlar nuestras reacciones así como nuestras emociones,
si hablamos de esas grandes mujeres de las que la biblia habla como Esther,
Rut, María veremos lo bendecidas que fueron sus vidas cuando ellas obedecieron
las instrucciones, escuchaban la voz de Dios y lograron controlar sus emociones
y permitían que el Espíritu Santo reinara en su ser, las tres mujeres fueron
participes de grandes cambios en sus
generaciones y en la humanidad completa.
Marcos 10: 46-52 46. Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. 47. Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! 48. Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! 49. Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. 50. El entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. 51. Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. 52. Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino. En este gran relato un ciego creyente y sabedor que El Mesías habría de venir reconoce públicamente, que Jesús era El Mesías, proclama su descendencia
Comentarios
Publicar un comentario