En este pasaje tan bello de la palabra de Dios nos podemos dar cuenta como Jesús tiene todo tan bien calculado, como nos conoce, como sabe exactamente lo que pasara y quien es la persona indicada para llevar salvación y vida eterna a los demás, La mujer Samaritana no era mas que una mujer rechazada por la sociedad por que había tenido varios maridos y con el que estaba no era el de ella, no era bien vista por nadie al punto que decide salir en la hora sexta, hora en la cual no se acostumbraba en esos tiempos a sacar agua del pozo, mujer Samaritana que para los judíos significada menos que nada porque los judíos aborrecían a los samaritanos por que los señalaban como traidores de la FE judía, Jesús sabia perfectamente los motivos que ella tenia para ir en aquella hora, es impresionante como Dios nos lleva de la mano a su encuentro y que belleza de pasaje, nos relata que Jesús necesariamente debía de pasar por Samaria, así lo dice el vr 4 " Y le era necesario pasar por Samaria" y los Judíos evitaban pasar por esa tierra, sin embargo para nuestro Padre es necesario pasar por donde estamos nosotras, aunque las demás personas no nos quieran, nos desprecien o no nos vean como menos que nada para Jesús valemos tanto, valemos su sangre que prepara todo para el encuentro perfecto en donde nos espera sentado en el pozo listo para pedirnos lo que tenemos, para pedirnos lo que somos y convertirlo en algo maravilloso, no se nos imagina los planes que El tiene para nosotras y mucho menos el alcance que tendrá para El usarnos como instrumentos útiles en sus manos, Jesús espera ansioso nuestra llegada al lugar y hora sexta donde no queremos que nadie nos mire, donde vamos calladas para que no nos escuchen y es ahí donde sin esperar, donde repentinamente llega El y nos sorprende con su presencia!!!!
Marcos 10: 46-52 46. Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. 47. Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! 48. Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! 49. Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. 50. El entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. 51. Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. 52. Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino. En este gran relato un ciego creyente y sabedor que El Mesías habría de venir reconoce públicamente, que Jesús era El Mesías, proclama su descendencia
Comentarios
Publicar un comentario