Desde una perspectiva humana, podríamos pensar que el único propósito de Jesús cuando se quedó solo en el pozo era el de tener un rato de descanso mientras sus discípulos compraban en la ciudad algo de comer. Pero él tenía otros planes. Había elegido la ruta de Samaria porque estaba buscando a una mujer que le necesitaba urgentemente. Y en su omnisciencia sabía que en aquella hora ella iría hasta el pozo a sacar agua. Según parece, la hora sexta no debía ser la más apropiada para ir a por agua, ya que según nuestro pasaje, esta mujer era la única persona que había elegido ese momento del día para hacerlo. Es probable que los demás prefirieran ir antes o después, cuando el calor del sol no fuera tan intenso. Pero por alguna razón que tal vez luego podamos deducir, la mujer no quería compañía, algo que al Señor le convenía también para poder tener con ella una conversación personal sin que hubiera otras interferencias que le pudieran distraer. Así pues, vemos que el Señor es